MORGAN
—No sabes cuánto te lo agradezco, de verdad. —los ojos de Bianca se iluminaron con gratitud genuina y algo más. Quizá interés. O simplemente la necesidad de demostrar que no todos en su familia eran como Stefan.
Miré las manos de Nikolai mientras hablábamos. No tenía los nudillos marcados por golpes recientes, ni cicatrices visibles en su piel. Eso me hizo preguntarme cuánto de su vida compartía realmente con Stefan y Valentino. ¿Era solo su apellido lo que lo mantenía en ese mundo oscuro? ¿O había algo más detrás de su sonrisa fácil y su voz suave?
Bianca bromeó sobre algo que no llegué a escuchar del todo, y Nikolai soltó otra risa ligera, sacudiendo la cabeza con diversión. La calidez de su presencia resultaba extraña, porque todo en él parecía aludir a un hombre diferente, alguien que no debería encajar en el mundo al que pertenecía.
Tal vez, pensé mientras lo observaba, Nikolai no quería pertenecer a ese mundo. Y esa idea resultaba tan intrigante como preocupante.
De repen