Mundo ficciónIniciar sesión—Entonces —dijo Alaric con suavidad— déjame velar hasta que te duermas.
Seraphine no respondió. Sus ojos se cerraron lentamente, su respiración se volvió tranquila, y el mundo oscuro que la rodeaba pareció un poco menos amenazante. Por primera vez en mucho tiempo, durmió no por agotamiento, sino por sentir seguridad.
Alaric la observó, con ternura y determinación. Sabía que la sombra de Kaelith aún estaba allí, que la guerra estaba lejos de terminar. Pero con Seraphine a su lado, había encontrado algo que jamás había imaginado: una razón para vivir, no solo para luchar.
—Alaric… —la voz de Seraphine fue un susurro débil, casi ahogado por el crepitar del fuego—. ¿Alguna vez… te has arrepentido?
Alaric bajó la mirada, reflexionando antes de responder.
—¿Arrep







