Mundo ficciónIniciar sesiónLos ojos de Seraphine se abrieron un poco, sorprendidos. Sus palabras eran simples, pero la golpearon con fuerza.
—Tú… ¿te das cuenta de lo que acabas de decir?
Alaric sonrió levemente, sin apartarse.
—Sí. Y no me arrepiento.
El silencio cayó entre ellos. Solo el fuego crepitaba suavemente. Seraphine bajó la mirada; sus mejillas ardían y su corazón latía con fuerza.
—Entonces… —susurró con voz temblorosa— no estoy sola.
—No —dijo Alaric de inmediato, sin apartar su mirada—. Nunca estuviste sola.
Seraphine respiró hondo, tratando de calmarse.
—Tengo miedo, Alaric. No solo por Kaelith o por la guerra, sino… por nosotros. ¿Y si te pierdo?
Alaric levantó la mano y acarició su mejilla con ternura, haciéndola mirarlo.
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