Su cuerpo tembló. Se puso de pie dentro del carruaje. Sus manos se alzaron sin querer. La luz estalló, formando un círculo plateado alrededor del carruaje.
Los Bloodspawn se detuvieron en seco, siseando de miedo. Al tocar el límite de la luz fueron arrojados hacia atrás, sus cuerpos quemándose hasta convertirse en ceniza.
Rafe se giró, atónito.
“Por los dioses…”
Alaric levantó la vista, viendo a Seraphine envuelta en luz. En sus ojos brillaba tanto alivio como temor.
Seraphine abrió los ojos. La luz fluía, haciéndola flotar unos centímetros en el aire.
“No… no puedo detenerlo…” su voz temblaba.
“¡Escúchame!” Alaric saltó de nuevo al carruaje, sujetándole los hombros. “¡Sí puedes! Tú controlas esto, no el colgante. Respira, co