Capítulo 53
Apenas cinco minutos después de haber llegado a casa, el sonido del motor de otro coche interrumpió el silencio en el que habían quedado sumidos Irina y Leone. A través de la ventana, Leone reconoció de inmediato el elegante sedán oscuro de su amigo Adrián, así que se levantó del sofá con una expresión seria, pero agradecida por su presencia. Por otro lado, Irina, aunque algo más nerviosa asintió cuando él le indicó que los acompañara al despacho. Para poder hablar con tranquilidad en privado.
— No voy a dejarte sola con esto, tranquila — dijo Leone al tomarla de la mano y caminar juntos hacía allí.
Cuando Adrián entró tras de ellos, su porte elegante y mirada analítica llenaron la estancia de una autoridad silenciosa. Todos se saludaron con un apretón de manos firme antes de que se sentaran a conversa.
— Muy bien ¿Adrián a qué se debía tu visita en la empresa esta tarde? — preguntó Leone directamente, sin rodeos — No es que me moleste, pero normalmente siempre estás ocup