Capítulo 63
El reloj marcaba las 11:42 de la mañana cuando Irina salió del ascensor que la llevó al segundo piso de la clínica. Aunque ella intentaba mantener la compostura con cada paso que daba, su corazón palpitaba con una inquietud que no lograba disimular. Tenía las manos frías como el hielo y cada paso que daba hacia el consultorio del doctor la sentía como una marcha hacia el juicio final.
Lo que Irina sentía no era solo miedo a los resultados que podían estar esperándola, sino que sentía el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Si no era compatible con su hijo, todo dependería de encontrar a alguien más y si eso no sucedía a tiempo... porque estaba consiente de que Félix no lo haría por voluntad propia. Eso significaría que estarían como al principio.
Cuando por fin estuvo frente a la puerta, tocó dos veces y del otro lado una voz tranquila respondió:
— Adelante — dijo el doctor.
Irina empujó suavemente la puerta y entró sin más que hacer. El consultorio tenía una gra