88: Daños serios

No quería decir nada, así que moví mi cabeza de un lado hacia el otro mientras negaba con fuerza. Ahora este asunto se había salido por completo de control, debía de ocultar todo nuevamente.

—Solo te pido que me lleves al hospital, eso es lo que tiene importancia en estos momentos y nada más. Si te niegas a hacerlo, me iré en alguno de los coches de la mansión.

—Hay que ir, pero no pienses que este tema se encuentra zanjado. Debo saber quién es ese tal Powell.

Al final nos fuimos, ya después me iba a ocupar de ese otro asunto. Pero definitivamente no iba a hablar con nadie, este asunto lo pensaba resolver por mi cuenta.

Llegamos al hospital, y Mateo caminaba de un lado hacia el otro como si fuera una fiera enjaulada. En cuanto me miró, se fue a mis brazos y yo no le negué un abrazo.

—No quiero que nadie muera —sentí cómo su voz se quebraba —. En serio que ya no quiero perder más personas, primero fue mi hermana, después Gianluca y ahora esto.

La conciencia era una piedra pesada en mi
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP