El anillo tenía un diamante azul en forma de corazón y se encontraba sostenido por tres filas de diamantes muy pequeños; era simplemente perfecto.
—¿Acaso voy a tener una respuesta o me vas a tener arrodillado delante de ti toda la noche? Porque puedo hacerlo si tu respuesta cuando llegue el amanecer es un sí.
—No tienes que esperar el amanecer, vida mía. Claro que acepto tu propuesta, sería una tonta si no lo hago. Te amo demasiado.
Mateo puso el anillo en mi dedo anular y luego me acercó a él, me abrazó por la cintura mientras se encontraba de rodillas y depositó un beso en cada una de mis manos.
—Te juro que me voy a encargar de hacerte feliz cada día de mi vida, viviré por ti y para ti a partir de este punto.
—No dejes a Sofía fuera de esto, recuerda que ella viene en el paquete y ni de broma voy a abandonar a esa pequeña que fue la que nos unió.
—Tienes razón —él me miró hacia arriba y sonrió —. He escogido a una gran mujer que ama a una niña que no es suya como si lo fuera. Mi h