En el tono de Kany no había ningún rastro de reproche, ella parecía más bien estar preocupada por la situación, algo que Rocío de cierta manera podía entender, pero no del todo.
—¿Acaso te interesa Mateo? —la mirada de Rocío fue curiosa y un tanto atenta —vamos, dilo con toda certeza.
—Me interesa, pero no de la manera en que lo piensas —ella puso a Sofía en la cuna que estaba en ese cuarto —verás, el señor Mateo es una persona que es buena con todo mundo e incluso con los empleados. Algo muy difícil de encontrar hoy en día, así que sí, de cierta manera me importa su bienestar y ten por seguro que no soy la única empleada que le tiene aprecio a este hombre que tiene un corazón tan grande que no le cabe en el pecho y también ha sido seriamente lastimado.
—La realidad es que me gustaría responder con certeza de que es lo que siento por Mateo, pero ni yo misma lo sé. Hay muchas cosas que ustedes desconocen sobre mí y es mejor que las cosas sigan así.
—Escucha, no te voy a presionar para