La confesión de Maryam me sorprendió un poco, no tenía idea de que Zayd supiera estas cosas de mí. Creo que la que lo sabía era Rocío, pero no había entrado en tantos detalles con ella o al menos eso era lo que recordaba.
—¿De dónde tu hermano sabe que mis galletas favoritas son las de limón?
—No lo sé, creo que es mera intuición. Ahora tengo que irme, hay cosas que debo hacer —ella sonrió nerviosa —. Sí, me disculpas.
Maryam se fue, la miré nerviosa. Ella era una chica bastante fácil de leer, lo contrario a su hermano.
Miré la cesta de galletas y tomé una, entonces la comí.
—No puede ser —mis ojos se llenaron de lágrimas —. ¡Zayd!
Salí de mi cuarto, necesitaba encontrar respuestas a lo que estaba sintiendo en este momento. Cuando entré a su habitación, no toqué la puerta, simplemente abrí y entré.
Fue en ese momento en que miré que él estaba guardando con total tranquilidad una agenda en una gaveta que cerró con llave.
—¿De dónde has sacado la receta de estas galletas de limón? Marya