81. MÁS ALLÁ DE LAS APARIENCIAS
VICTORIA:
Mis manos temblaban al cerrar los documentos. Mi mente se perdía entre las imágenes y las revelaciones. ¿Cómo era posible? ¿Pero… Y Ricardo…? ¿Qué tramaba? Quería confiar en él, pero me dolía que no hubiera confiado en mí para contarme la verdad sobre Isabel. “Hija adoptiva de los Castellanos”. Eso me llenaba de incertidumbre.
Me levanté sintiendo la presión de las respuestas inconclusas. Ricardo parecía un hombre íntegro y cuya palabra valía más que cualquier documento, pero… no lo conocía. Me dirigí a la ventana; la nieve se había arreciado y sería imposible regresar con esta tormenta a la ciudad. Pasé la mano por mi vientre aún plano, no podía arriesgar mi embarazo. El doctor había sido claro: quizás sería el único hijo que tuviera en mi vida.
Las luces se apagaron de pronto, debía ser la tormenta. Despacio, me dirigí a la cama y me metí debajo de las mantas. El calor me hizo sentir bien. Me quedé dormida escuchando cómo la tormenta sonaba afuera. Quizás era mejor así, qu