A MERCED DEL DINERO. C44: ¿No te hizo buena compañía?
Marfil llegó a la casa prácticamente corriendo, sintiendo cómo su corazón latía desbocado dentro de su pecho. Cuando apenas cruzó el umbral, trató de regular su respiración y de calmar la tormenta interna que la había acompañado desde que dejó la playa. Se obligó a mantener la serenidad, pero el temblor sutil en sus manos delataba la tensión que la atravesaba.
Al entrar en la cocina, se encontró con Richard. Él estaba de pie, recargado contra la encimera, con una taza de café humeante entre las manos. La miró con cierta curiosidad antes de esbozar una sonrisa tranquila.
—Buenos días —dijo él con naturalidad.
Marfil se obligó a responder con la mayor calma posible.
—Buenos días… —murmuró, intentando parecer despreocupada—. Te despertaste temprano.
Richard asintió, tomando un sorbo de su café antes de responder.
—Después del almuerzo tenemos que empacar todo para volver a la ciudad. Quería estar despierto cuanto antes para asegurarme de que todo quede en orden.
Marfil movió el r