A MERCED DEL DINERO. C45: No se detengan por mí.
Tras el almuerzo, Marfil y el resto del grupo empacaron sus cosas y emprendieron el regreso a la ciudad. A pesar de que el viaje había sido una oportunidad para desconectarse de la rutina, Marfil sentía una frustración latente. Nada había salido exactamente como lo había planeado. Sin embargo, en medio de su disgusto, conservaba un pequeño consuelo: el recuerdo de haber estado en aquel lugar especial con Lucas. Aunque las cosas entre ellos no terminaron como ella esperaba, de algún modo esa experiencia se sumaba a su colección de memorias.
Por su parte, Lucas se mantuvo distante durante todo el trayecto de vuelta. La manera en que Marfil había cambiado tan bruscamente de actitud lo dejó desconcertado y dolido. La noche anterior había estado llena de pasión, pero aquella mañana, en cambio, la frialdad de Marfil le había golpeado como un balde de agua helada. No intentó acercarse a ella porque entendió que, al menos en ese momento, cualquier esfuerzo sería en vano. Marfil ni siquiera se