A MERCED DEL DINERO. C197: No soportas que algo no te pertenezca.
Lucas alzó la vista, siguiéndola con los ojos, pero no dijo nada.
Marfil se detuvo por un segundo y luego continuó, casi con nostalgia en la voz.
—Cuando te conocí… me pareciste un hombre maravilloso. Un hombre muy atractivo, inteligente, relajado… y muy amable. Fuiste muy bueno conmigo, me trataste tan bien, que no me pude resistir. Por eso quise seguir viéndote, por eso no te dejé ir con tanta facilidad, por eso no permití que ese primer encuentro se convirtiera en el último.
Lucas seguía en silencio, aunque sus cejas fruncidas denotaban que aquello no era lo que esperaba oír.
—Te dejé en claro que quería volver a verte —continuó ella—. Y tú accediste. Después, nos fuimos enamorando tú y yo. Nos la pasamos muy bien, aunque hubo algunas mentiras muy importantes de por medio —lo dijo sin rencor, como si hablase de algo ya asumido—. Tú y yo encajábamos muy bien. Era como si estuviéramos hechos el uno para el otro.
Sus pasos se detuvieron frente a una ventana, pero no la abrió. Solo mir