A MERCED DEL DINERO. C187: ¿Y eso qué importa?
Richard había logrado evitar todo tipo de encuentros con Lucas durante los últimos días. Ambos compartían el mismo techo, la inmensa mansión Morgan, pero habían aprendido a moverse en silencio, como dos almas errantes que ni siquiera se cruzaban.
Richard había memorizado los horarios en que Lucas solía frecuentar la cocina, y organizaba sus movimientos para no coincidir con él. Por eso, cuando aquella mañana decidió bajar por un café, jamás imaginó que se toparía con él. Fue como entrar en una habitación y ver a un fantasma. Lucas estaba de espaldas, concentrado en servir el líquido oscuro en su taza, y al girarse, sus ojos se encontraron de lleno con los de Richard.
Richard se quedó paralizado, sorprendido de encontrarlo allí. Un reflejo automático lo hizo girarse con la intención de marcharse sin pronunciar palabra, pero entonces escuchó la voz de Lucas.
—Espera.
La sola palabra lo detuvo. Richard se giró lentamente, sorprendido de que Lucas hubiera tomado la iniciativa.
—He estado