Tuvo un breve sobresalto cuando la mano de ella abandonó su muslo, y comprendió que habían llegado. Alzó la cabeza obligándose a poner su mejor cara de póker. A su lado, C se enderezaba con pereza, como si estuviera despertándose. Brian ya rodeaba la SUV para abrirle la puerta, de modo que Stu abrió la suya evitando mirarla y cerró los botones inferiores de su chaqueta como al descuido. La esperó para entrar con ella a la recepción, haciéndole un gesto de despedida a su guardaespaldas, y apoyó una mano en su cintura para guiarla en derechura a los elevadores. La hizo subir a uno, presionó el número de su piso y aguardó a que se cerrara la cabina con los ojos clavados en la botonera.

Apenas el elevador se puso en movimiento, se volvió hacia ella y la encontró apoyada contra el fondo de la cabina, mirándolo con su sonrisita. De un paso estuvo a su lado y se aplastó contra ella, besándola con ansiedad. Pero C lo apartó hacia un costado.

—Hay cámaras Stu.

—Que les d