Mundo de ficçãoIniciar sessãoMe sentía increíblemente relajada, a pesar de los muslos agarrotados y los demás etcéteras, claro. Pero me sentía en confianza. El shock de todo lo que ocurriera desde la noche anterior comenzaba a receder paulatinamente en el ambiente amistoso en el que me hallaba inmersa. Me ayudaba verte jugar con Nahuel mientras yo desayunaba charlando con Ashley y con Ray, la forma tranquila y cotidiana en la que todos nos desenvolvíamos. De a poco empezaba a asimilar las caras y los apellidos de quienes tratara durante los últimos seis meses. De a poco mi garganta dejaba de cerrarse cada cinco minutos al mirarte.
Así que Ray propuso tocar un rato y mandamos a Nahuel a buscar una guitarra, y en eso estábamos cuando Brian vino a avisar que había llegado Mariano con alguien más. Ray le dijo que los dejara pasar guiñándome un ojo.
—¿Te molesta si hablamos de negocios durante el desayuno? —preguntó, mientras Jimmy los dejaba entrar al solárium—. En realidad, te concierne.
Lo mi







