Capítulo 56. Escándalo
Isabella Marchesi no se había retirado a un hotel anónimo. Había tomado una de las suites más lujosas y seguras de Milán, un búnker de cristal con vistas panorámicas a la ciudad, a corta distancia del palazzo D’Angelo. No le interesaba la discreción; quería que Lucifer supiera que su enemiga estaba cerca.
Estaba reunida con su equipo de confianza: un ciberespecialista apodado ‘Oráculo’ y un abogado de reputación dudosa, Marco. La mesa estaba cubierta de documentos cifrados y titulares preliminares. Isabella estaba radiante, su energía alimentada por la inminente destrucción.
—La Reina está paralizada. El Consorte está herido y limitado por su juramento de obediencia. Es el momento perfecto —declaró Isabella, sorbiendo un vino blanco glacial.
—Señora, el paquete de datos es devastador —dijo Oráculo, tecleando rápidamente—. Son los archivos de la adquisición ilegal de arte sacro robado del Vaticano en 2018. El mercado negro de antigüedades era el secreto más sucio de la Casa D’Angelo