Capítulo 55. El ultimátum de Evan
Liana había exigido hablar con Evan a solas. La biblioteca, que apenas unos minutos antes había sido el escenario de la venganza de Isabella, se vació de sombras y Consortes. Solo quedaron los dos hermanos Vespera, separados por la distancia de años de secretos y el veneno de una extraña.
—Evan, mira a tu alrededor. ¿Crees que esto es normal? ¿Crees que mamá, que te amó tanto que fingió su muerte, te traería de vuelta a un mundo que te destruye? —Liana se acercó a él, intentando tomarle las manos.
Evan se apartó, sus movimientos rígidos y extrañamente mecánicos. Sus ojos, antes llenos de la calidez juvenil que Liana recordaba, estaban nublados, como si mirara a través de ella.
—No me toques, Liana —dijo Evan, su voz sonando hueca, resonando con la cadencia ensayada de Isabella—. La única verdad aquí es que me mentiste. Me dejaste solo en un exilio falso mientras tú te quedabas aquí, como la Reina del hombre que mató a Papá y le robó la vida a Mamá.
—¡Eso no es cierto! Lucifer no m