Capítulo 54. Isabelle Marchesi
El palazzo de Milán, resplandeciente bajo la autoridad de Liana, era la antítesis de su anterior vida. Liana estaba sentada a la cabecera de la mesa, presidiendo la reunión con una autoridad fría que desmentía su edad. A su izquierda, Bruno, el leal Consigliere, tomaba notas, su respeto por la nueva Regina era absoluto. Lucifer ocupaba el puesto de Consorte a su derecha, observándola como un depredador domesticado.
El cambio no era meramente protocolario; era una guerra psicológica diaria. Lucifer, con el hombro todavía inmovilizado bajo la chaqueta de alta costura, proyectaba una obediencia táctica. Su voz, antaño un trueno dominante, era ahora un bajo mesurado y respetuoso. Cada consejo que ofrecía era una prueba de su lealtad, siempre anteponiendo la palabra "Regina" a su nombre.
—Reina, la purga de los asociados de Dante está casi completa. El mensaje de que Petrov y el traidor fueron entregados por "un agente de justicia anónimo" ha estabilizado los mercados. Podemos proceder c