Doris Wood era la encargada de la cocina y el servicio en el piso de Alexander. Era una mujer de cabello corto que le llegaba a los hombros y ojos de un color hermoso, con una personalidad amable y dulce. Por primera vez, se presentaría ante la recién llegada.
Doris tocó la puerta varias veces, pero no obtuvo respuesta. Preocupada, la abrió con cuidado y se encontró con Valeria durmiendo.
—Lo siento mucho, señora Baskerville, realmente no es mi intención interrumpir su descanso, pero ya lleva mucho tiempo sin comer y me estoy inquietando. Recibí órdenes directas del señor Alexander para asegurarme de que ingiera algo —expresó Doris con voz lenta.
Valeria suspiró y se incorporó lentamente en la cama, mirando a la mujer que tenía enfrente.
—Por cierto, discúlpeme. Me llamo Doria Wood y trabajo para el señor Alexander. Me aseguraré de que se alimente y de todo lo que necesite.
Valeria asintió en silencio.
—La espero en el comedor. No tardaré —aseguró Doris antes de salir de la habitació