VIGGO THORNE
—Señor Thorne, pensé que ya estaría con la doctora Steward esperándonos —dijo Mike detrás de nosotros, queriendo ocultar su malhumor, mientras que yo no podía separar mi mirada de Tanya, se veía hermosa y con ese vestido no me daban ganas de llevarla a cenar, sino de cargarla hasta la alcoba.
—Tenía que pasar por mi cita —respondí haciendo que Tanya levantara su atención del ramo y la posara en mí. Sus mejillas se sonrojaron de esa manera encantadora y supe que cuando regresáramos de Suiza tendría que ir a la tumba de mi amigo a pedirle perdón.
Perdón por fijarme en su hija.
Perdón por volverme un depredador para ella y no su protector.
Perdón porque por más que me había esforzado, no podía contener lo que sentía por ella.
Perdón porque estaba decidido a hacerla mi mujer, sin importarme las consecuencias.
Ahora era un hombre completo. Ahora podía protegerla como se debía. Me esforzaría por complacerla en todos los sentidos y por darle la mejor versión de mí, si es qu