TANYA RHODES
«…mi pequeña, mi bebita consentida de mi corazón, espero que el fideicomiso te ayude a lograr tus sueños. Es lo último que puedo hacer por ti, como acto de amor incondicional. Aprovéchalo y busca tu felicidad. Ahora entiendo que la vida es muy corta como para tomarse los problemas en serio.
Y hablando de problemas, he decidido mandarte un ángel disfrazado de demonio para que te ayude siempre que lo necesites. Él cuidará de ti. Se llama Viggo Thorne, no lo conoces, pero es mi mejor amigo. Puede parecer imponente y tal vez atemorizante, pero es como un hermano para mí, y sí, lo tienes que saber, él acabará con mi vida.
No quiero morir a manos de un enemigo o de alguien que me torture por lo que tomé y no planeo devolver. Si lo haré será bajo mis condiciones, ni siquiera quiero que esta enfermedad que me está consumiendo sea la que gane.
No odies a Viggo por lo que hará, porque lo conozco, porque sé que no le será fácil hacerlo, porque sé que mi muerte será algo que por sí