NOAH THORNE
—¿Quién? —pregunté tomando su rostro con mis guantes llenos de la sangre de sus amigas.
—No te diré… No lo haré si terminaré igual —respondió con miedo, pero algo de esperanza, pensando que tenía una llave mágica que la sacaría sana y salva de aquí—. Prometo que no diré nada. Prometo que nadie sabrá lo que pasó aquí. Solo déjame ir y te diré su nombre y jamás volverás a saber de mí.
Entorné los ojos y suspiré con calma. Me bajé el cubrebocas y con aspecto cansado acepté su trato:
—Bien, te dejaré libre, solo dime quién les dijo que lo hicieran —dije tranquilamente, dándole distancia.
—¿Lo prometes? ¡Juralo! —exclamó con los ojos llorosos. Entonces hice un movimiento con la cabeza para que Jerry se acercara a desatar sus manos y pies.
—Lo juro. Dame lo que quiero y vete —agregué cruzándome de brazos.
Por un breve momento Odette me vio con desconfianza, mientras sus manos eran desatadas. Cuando se sobó las muñecas noté la duda en su rostro.
—Tengo palabra, lo sabes —ag