NOAH THORNE
Después de hacer una breve visita al hospital y tomar las cosas prestadas, regresé a casa. Dudé por un momento, sabía que dentro debía de estar mi padre y Tanya, pero mi visita no era para saludarlos, era para cobrar venganza por lo que habían intentado con Vanessa.
Caminé directo hacia el cobertizo, ahí encontré a Jerry fumando con calma, recargado en la puerta, viendo el cielo.
—Hola, pequeño monstruo de Baviera. Veo que vienes preparado —dijo con una sonrisa torcida, quitándose de las puertas.
—¿Qué haces aquí? —pregunté mientras entraba. En medio del lugar, bajo una luz cálida y tenue estaban amordazadas y atadas a una silla las tres mujeres que habían atentado contra Vanessa.
—Solo tenía curiosidad por verte trabajar… ¿Te molesta? ¿Prefieres algo de privacidad? —preguntó Jerry detrás de mí. Podía apostar que no creía que yo tuviera el estómago para hacer algo similar a lo que mi padre hacía. Se llevaría una sorpresa.
—Bien, felicidades, te vas a convertir en mi p