84. FAMILIA
[SOFÍA]
La puerta del hotel se abre antes de lo que esperaba. Miro a Francesco y veo en su rostro la mezcla de orgullo y tensión que siempre lo acompaña cuando su madre aparece. La escucho hablar con firmeza desde el pasillo:
—Francesco… —su voz atraviesa la habitación, y a la vez que suena dura, hay un dejo de curiosidad.
Respiro hondo y me pongo de pie, arreglándome la camiseta que apenas cubre mi piel. Francesco me toma suavemente de la mano, como protegiéndome sin decir una palabra.
—Amore, tranquila —susurra—. Solo sé tú misma.
Cuando finalmente entra, mi corazón se acelera. La he visto antes, claro, en el paddock y en algunas reuniones de equipo, pero hoy todo es diferente: ya no soy “solo la ingeniera”. Hoy ella me evalúa con la mirada de alguien que conoce a su hijo, que lo ama y que ahora sospecha que soy más que un colega.
—Sofía —dice, con esa mezcla de autoridad y calidez que siempre me ha impresionado—. He oído mucho sobre ti.
Asiento, intentando mantener la calma, aunque