75. LA OTRA CARA DE LA POLE
[SOFÍA]
Las Vegas brilla como un espejismo eterno, pero dentro de este restaurante elegante, apartado del ruido y las luces, parece que el mundo entero se ralentiza. El murmullo lejano de las conversaciones, el tintinear de copas y el calor tenue de las velas nos envuelven en una burbuja que se siente casi irreal.
Francesco está frente a mí, impecable con esa camisa oscura que contrasta con su piel bronceada y el brillo verde de sus ojos. Se inclina ligeramente hacia atrás, relajado en apariencia, pero yo sé leerlo: debajo de esa calma fingida late el mismo torbellino que yo llevo dentro.
Mi teléfono vibra sobre la mesa, una y otra vez. Lo ignoro, pero al final cedo. Lo tomo y la pantalla se enciende: titulares, notificaciones, fotos, mensajes de amigos y conocidos. Todos hablan de lo mismo. De nosotros.
“Pole position con sabor a romance.”
“La ingeniera y el piloto: la pareja del momento en la Fórmula 1.”
“¿Amor o estrategia publicitaria? Francesco Mozzi no da puntada sin hilo.”
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