55. ATRAPADOS EN UNA MENTIRA
[SOFÍA]
La ciudad luce distinta desde la ventana del hotel. Milán brilla con sus luces elegantes, los autos de lujo, las calles que nunca terminan de callarse. Allá afuera todo es movimiento, escaparates encendidos y gente que corre de un lado a otro. Pero aquí dentro reina un silencio espeso, un contraste brutal con el bullicio de la sesión de hoy, con las sonrisas calculadas y las poses que nos exigieron repetir hasta el cansancio.
Francesco se deja caer en la cama todavía con la camisa entreabierta, el cuello deshecho, el cuerpo agotado. Se pasa una mano por el pelo y suspira como si al fin pudiera soltar la respiración que contuvo todo el día. Yo me quito los tacones, uno tras otro, los dejo caer junto al bolso que abandono en un rincón, y por primera vez en días siento que respiro sin que nadie nos mire.
El cuarto. Nuestro cuarto. La “condición especial” de Valentino & Co. Ellos lo pidieron de manera directa: que compartiéramos habitación durante nuestra estancia en Milán. “Así,