54. NUESTRA SEÑAL
[SOFÍA]
El estudio de Valentino & Co. huele a lujo y a flores frescas, y cada rincón está pensado para que los fotógrafos capturen “pasión contenida y amor auténtico”. Los sofás de cuero, las alfombras cuidadosamente colocadas, la luz natural que entra por los ventanales: todo conspira para que nuestra química parezca perfecta.
Francesco y yo nos movemos como un solo cuerpo, como si cada gesto estuviera coreografiado. Frente a los flashes, sonrío de manera medida, apoyando mi mano en su brazo justo lo suficiente para que los ejecutivos digan: “Eso es pasión”. Pero por dentro, cada roce me quema, porque sé que la pasión que mostramos no es solo para ellos: es para nosotros, un eco de lo que vivimos en Río, de lo que nadie puede tocar.
Entre toma y toma, él se acerca lo suficiente para que el perfume de su piel me envuelva, susurrando algo que nadie más escucha:
—Recuerda nuestra señal.
Asiento, y nuestras manos se rozan bajo la mesa, un contacto furtivo que dice más que cualquier sonri