42. PERFECTOS
[FRANCESCO]
El sudor aún me corre por la espalda cuando nos hacen pasar a la sala de hospitalidad de Valentino & Co.. Es un salón blanco, elegante, con sillones de cuero y copas de champagne alineadas en bandejas de plata. El lujo brilla por todas partes, pero lo único que siento es un zumbido en el pecho que no me deja respirar.
Sofía entra conmigo, impecable en su overol con el logo del equipo. Sonríe. Perfecta. Como si no hubiera pasado una hora apretando los dientes para no gritar. Yo sé lo que cuesta sostener esa máscara. Yo sé que cada flash que le roza es un riesgo.
El director de marketing nos recibe con entusiasmo exagerado.
—¡Francesco, Sofía! ¡Felicitaciones por esa Q2 impecable! —su voz es casi un aplauso. Se gira hacia Sofía y le dedica una mirada que dura demasiado—. Ustedes dos son la imagen del presente… y del futuro.
Yo aprieto los puños en silencio.
El hombre saca una carpeta y despliega unas fotos sobre la mesa: bocetos de una campaña. Ropa deportiva de lujo, estilo