34. FRIO CÓMO EL ASFALTO
[FRANCESCO]
Al día siguiente: 23 de octubre – día de la carrera
La mañana está cargada. Literalmente. Como si el aire se negara a moverse, atrapado entre el smog, la humedad y esa tensión que flota desde que puse un pie en el paddock. Las gradas ya vibran a lo lejos, aunque faltan horas para la carrera. Hay algo en el circuito de México que hace que todo se sienta más cerca, más fuerte. Más real.
Camino sin mirar a nadie. El casco me pesa en la mano. La gorra baja me cubre los ojos. No quiero ver, no quiero que me vean. Cada paso que doy está medido, como si pudiera equivocarme incluso en eso. Siento a los medios respirándome en la nuca. Los flashes me siguen como si fueran francotiradores. Están buscando una grieta. Un gesto. Algo que confirme lo que sospechan.
No se equivocan.
Doblo la esquina del box y ahí está.
Sofía.
Mi Sofía. O al menos, la que ya no puedo tocar.
Lleva su traje gris de ingeniera, su tablet, su cara de acero inoxidable. Camina como si el mundo dependiera de que n