Damián.-
No llevo ni diez minutos en la empresa y ya mi abuelo me genera el primer dolor de cabeza, él sabe lo importante que es Susana para mí ¿Cómo se atrevió a llamarla sirvienta?
Mi recuperación va bien por lo que decido volver, pero no sé si voy a sobrevivir a estos dramas. Igual, tengo que hablar con mi nana. No entiendo por qué omitió el detalle de haber insultado a Olivia, cuando le pedí que la tratara bien.
Se supone que hoy debo volver a la mansión, pero con esta guerra no quiero perturbar la recuperación de Martina.
— ¿Podemos hablar? –noto como el cuerpo de Olivia se tensa, me desvía la mirada.
— Seguro –responde con un tono seco, veo la silla frente a su escritorio, será una tortura sentarme en ella, contengo la respiración y la ligera punzada de dolor que siento.
— ¿Te sientes bien?
— Sí, sí, solo me golpeé con… el borde de la encimera –me observa con un gesto de confusión.
— ¿Cuál encimera?
— La de mi apartamento. Mi nana se está quedando ahí–respondo en automá