Olivia.-Los días de descanso acabaron, ya era el momento de regresar con los deberes en la empresa y no comenzaban bien, porque Damián debía venir conmigo a la empresa y esta mañana no estaba en la casa. — Que tengas un lindo día, hija – abrazo a Martina, antes de que se baje del auto. — Igual tú, má. Por órdenes del señor Owen y en vista de lo sucedido en el restaurante, Martina y yo no salimos de la casa sin protección, observo desde el auto al hombre musculoso y de traje negro que parece un agente del FBI acompañándola. A Martina no le agrada mucho la idea, pero entendía que era por seguridad, aunque me incomodara lo soportaba. Cuando el auto avanza, el chofer coloca la radio de inmediato comienza a sonar la canción de Damián, le presto atención a la letra. “Entre tú y yo, hay un mar de dudas, pero mi amor busca esa luz, no quiero ser un obstáculo en tu camino, solo quiero ser para ti mi amor mi lugar, aunque no me soportes aquí estaré…” Me deja un poco sorprendida,
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