Resultado

Olivia.-

Mis piernas se movían inquietas, sentadas sobre el inodoro, con la prueba de embarazo entre mis manos. 

— ¡Olivia! –doy un respingo cuando escucho la voz de mi hermana detrás de la puerta–. podríamos ver el resultado juntas, ya llevas mucho tiempo allí dentro.

— Estoy bien. 

Miento, obviamente estoy lejos de estar bien, no puedo creer que yo una mujer adulta a estas alturas del partido tenga sexo sin protección y de pasó que quede embarazada, ¿Cómo se lo voy a decir a Martina? 

Y lo más importante ¿Cómo se lo voy a decir a él? Seguramente pensará que me embaracé a propósito.

Agradezco que ha estado estas cinco semanas por fuera, no tengo cara para mirarlo y ahora menos que recordé, después de dos días todo lo que pasó esa noche. 

Flashback.-

Miro en el espejo mi mejilla, cubriéndola con un paño frío para bajar un poco la hinchazón. 

— ¡Maldita loca, celopata! Yo ya estoy vieja para estos espectáculos. 

Suspiro, cerrando los ojos, pero al abrirlos comienzo a sentir un leve mareo, los tragos ya se me han de haber subido a la cabeza. 

¿Cuántos llevo ya? 

Perdí hasta la cuenta, mis ojos están vidriosos, brillando en exceso un efecto del alcohol.

— ¡Sí, estoy ebria! 

Salgo del baño y afuera me espera él. 

— No voy a pedirte disculpas, ella empezó –digo antes de que diga alguna estupidez y defienda a la loca. 

— Vine a ver si estabas bien –me dice sin un ápice de arrogancia y ahora me siento una tonta, se acerca a mí con el dorso de sus dedos acaricia mi rostro justo donde la loca dejó mi piel marcada. 

Su toque hizo vibrar mi piel nuevamente, era un estremecimiento que no había sentido nunca.

— Lo siento. 

Involuntariamente un jadeo escapó de mis labios, ante el calor que sus dedos le estaba provocando a mi cuerpo. 

— E…está bien… me iré a descansar. 

Me di media vuelta, pero en mi interior la necesidad por volver a sentirlo aumentaba, me negaba a caer en sus redes, pero me detuvo. 

— Esto es una locura –susurró muy cerca de mis labios, sosteniendo mi rostro con su mano. 

— Lo es –confirme, con la respiración agitada, pero a pesar de nuestras negativas mandamos todo a la m****a.

Sus labios sellaron los míos, no voy a negarlo me siento en la gloria y ¡Dios que beso! Mis piernas se aflojaron, este hombre sí que sabía besar, la manera en como sus labios envolvían los míos con tanta necesidad. 

— Solo por esta noche, dejémonos llevar –dijo con la respiración entre cortada, apenas separándose un poco. 

— Me gusta la idea –acepté embelesada como si su beso me hubiese arrojado un hechizo. 

Mi cuerpo no dejaba de vibrar, lo necesitaba, sin dejar de besarme me guió hasta su habitación, con desesperación me deshice de su chaqueta y de su camisa, me di el lujo de acariciar su torso. 

Un siseo escapó de sus labios, me permití ser más atrevida solo por esta noche, mis manos bajaron a su pantalón, acaricié su entrepierna que ya estaba dura ¡Madre mía! Fue bueno descubrir que el dicho “dime de que presumes y te diré de que careces” no aplica en este caso. 

Mi nuevo esposo está muy, pero muy bien dotado, rápidamente sentí un poco de temor de que se introdujera en mí, hacía mucho que yo no había tenido sexo y mi ex… pues… digamos que en comparación con Damián dejaba mucho que desear. Dejémoslo así. 

Sus labios me hicieron perder el hilo de lo que pensaba cuando se posaron sobre mi cuello, uno de mis puntos débiles, sus pequeños mordiscos son pequeñas descargas de electricidad que me encienden y no puedo evitar dejar de escapar pequeños gemidos mientras sus manos estrujan sin piedad mis pechos. 

El bello vestido termina sobre mis pies, me sonrojo un poco ya que la lencería de encaje blanca me deja expuesta ante sus ojos feroces que brillan de lujuria.

— Sí que eres hermosa –su voz ronca hizo vibrar mi piel, sus dedos deslizándose por mi muslo, desviándose hasta el interior de ellos. 

Mi cabeza se fue hacia atrás, su agiles dedos hicieron a un lado la pequeña tanga blanca, abriéndose camino entre mis pliegues. 

— ¡Oh mi dios! –expresé entre gemidos.

— No, no, hermosa –susurró con voz seductora–. nada de dios, soy el mismísimo diablo que te llevará al infierno.

Esas palabras podrían haberme alejado de inmediato, pero tuvieron el efecto contrario, mi excitación se elevó por mil, su lengua lamiendo el lóbulo de mi oreja. 

Este hombre sí que sabía lo que hacía. 

Fin Del Flashback.-

— ¡Olivia ya me estás asustando! –pego un brinco cuando escucho los golpes en la puerta, la barita se me cae de las manos, con miedo bajo la mirada, sentí un peso alejarse de mis hombros cuando vi “not pregnant”

— ¡Gracias dios, gracias dios! 

Salgo del baño del consultorio de Laura, la atrapé con la oreja pegada a la puerta. 

— ¿Y? –me preguntó con la mano en el pecho con la expectativa dibujada en su rostro. 

— Negativo –ambas suspiramos con alivio. 

— Creí que te habías desmayado allí adentro, pero es bueno ¿o no? porque veo que tienes una cara de decepción. 

— No, estoy bien, de verdad mi vida no se puede complicar con un bebé Laura, los niños son una bendición, pero cuando son planificados, yo estoy en un matrimonio sin amor, no sería justo para un bebé, mira por todo lo que ha pasado Martina. 

— No hay amor, pero si buen sexo –comenta en medio de una risita–. pero tienes razón, además hace más de un mes que no lo ves, sería muy complicado y más para ti, ¿recuerdas tu embarazo?

Asentí sin decir nada más. 

— Es lo mejor hermana, menos problemas y esa noche acordaron que solo sería esa noche. 

Más allá de tranquilizarme sus palabras por alguna razón me dolieron, sentía desilusión, pero tenía que despertar, eso fue lo que acordamos. 

— Sí, tienes razón, solo fue una noche de copas y nada más, estaré bien, debo enfocarme en mi trabajo y por supuesto en Martina, no puedo creer que en cualquier momento voy a recibir esa llamada Laura. 

— Martina se lo merece hermana, es una niña que se merece todo ha sido muy fuerte y muy valiente. 

— Mucho, mi niña guerrera –digo con orgullo–. ahora tengo que ver como se llevará con el idiota de mi esposo, porque si algo no le permitiré a ese imbécil es que venga a humillar a mi pequeña, eso si nunca se lo voy a tolerar. 

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