Ethan había ido esa mañana a visitar la tumba de su abuela Mary Ann, llevaba poco más de dos años sin ir a verla. El trabajo y Jane habían ocupado y robado toda su atención. Sobre todo ella, Jane.
Mientras colocaba el hermoso ramo de tulipanes rosados que Mary Ann tanto adoraba, vio a lo lejos a un joven, sola, enterrando a un familiar. Al principio sintió compasión por ella, pero luego reconoció aquella imagen, era la chica de la banqueta y la lluvia, la del café, la misma del tropezón en el pasillo.
Sintió entonces una necesidad de acercarse a ella y brindarle un poco de apoyo.
Jazmín permaneció sin moverse, perturbada viendo como cada uno de sus pasos, lo hacía más próximo. Sin dudas era con ella con quien iba a encontrarse. En algunos instantes, miró a ambos lados pensando que había alguien más, pero aquel lugar estaba solo hasta ese momento, hasta ellos dos, que acababan de reencontrarse casualmente.
Ella bajó la cabeza, apretando los dientes, ansiosa y preocupada. ¿Por