Ethan salió de la habitación y fue directamente a la recepción del hospital para pagar los gastos de la hospitalización que aquella chica necesitaba. Luego de firmar algunos papeles, sacó el móvil del bolsillo de su chaqueta.

Había transcurrido una hora desde que llegaron al hospital. Tenía que regresar a su casa y ocuparse de su pequeño. La actitud poco profesional de la niñera no le generaba mucha confianza.

Fue nuevamente hasta la sala de emergencias, pero esta vez le impidieron el paso. Le preguntó a la enfermera por la paciente con hipotermia y la mujer vestida de blanco le informó que estaba dormida. Ethan sacó una tarjeta de su bolsillo y le pidió entregársela al despertar.

—Sólo dígale que acá está mi número. Cualquier cosa que necesite, puede llamarme.

Mientras tanto, en la funeraria, Tatiana llegó puntualmente a la hora acordada, encontrándose con la novedad de que el entierro se había realizado antes de lo previsto. La morena comenzó a llanta a su amiga sin recibir