Mundo ficciónIniciar sesión—¡Kev, espera, no huyas!
Un potente trueno retumbó la habitación en el mismo instante que la puerta de caoba se cerró, fue como si algo horrible se avecinara. Quise erguirme e ir tras Kevin, pero resultaría inútil, sus pisadas se oyeron presurosas desde que salió hasta perderse todo sonido. Sentí el corazón a punto de abandonar mi pecho, la preocupación que él supuso en ese momento casi acabó conmigo.
Fijé la vista en Konrad y ante lo repentino de su visita, se me ocurrió que quizás tendría alguna respuesta. Lucía un poco confundido, tal vez debido a todo lo que acababa de ocurrir, pero al mismo tiempo imperturbable, en realidad me pareció algo extraño su comportamiento. Kevin estuvo demasiado nervioso, mucho más desde la llegada de mi amigo e intentó aparentar serenidad, aunque no se atrevió siquiera







