Mundo ficciónIniciar sesiónLa boca de Omar volvió a buscar la mía con desespero, de la misma ruda y posesiva manera en que lo hizo aquel día en el departamento de la tía Olivia, igual a cada una de las veces que fuimos llevados por el deseo. No lo pude evitar, me volví esclavo de su calor, cedí a la profundidad de su beso y la fuerza de sus brazos. Traté de zafarme al tomar consciencia de lo ocurrido, pero él me aprisionó de nuevo y forzó a seguir.
—O-Omar… —Shh, ¿tienes idea de cuánto te he anhelado, Kev?Su boca asaltó a la mía de nuevo con esa fiereza a la cual era imposible resistirme. Mi boca le pedía detenerse; él continuó y, la verdad, mi cuerpo tampoco estaba de acuerdo con lo que yo intentaba decir. Me aprisionó contra la pared y allí perdí todo el control de mí. Sus manos recorrieron mi cuerpo, se a






