Mundo de ficçãoIniciar sessão—Sí, Grandulón, sabía quién eras desde el principio —respondió Mariana, risueña, aunque yo no salía del shock y el rostro impactado de Kevin era probablemente una réplica del mío—. ¿Me dejan continuar? Esto apenas comienza.
Ambos asentimos en silencio. Nunca antes vi a ese chico así de nervioso y confundido, pero yo me sentí exactamente igual.
Mi mayor miedo era contarle a mis hijos ese enorme secreto que guardé con recelo, por temor a perderlos. Sin embargo, allí estaba ella delante de mí, haciéndome ver que no solo ya lo sabía, sino que al parecer tampoco tenía algún problema con ello; lo mismo que su hermano.
Aquella tarde, luego de ver lo que vieron y escuchar lo que Oliver tenía para decir, Mike golpeó fuerte el cristal de la mesa del comedor donde se hallaban sentados y se levantó







