La vida es un conglomerado de personas, situaciones, aprendizajes, recuerdos y música. A mi parecer, sí existe otra persona que anda por el mundo esperando llegar a nuestra vida a complementarla. Para todos hay alguien, ya sea del pasado, del presente y hasta me arriesgo a decir del futuro. Alguien por quien esperamos, alguien por quien nos hacemos esperar. Una persona que nos hablará con la mirada y con solo su voz nos estremecerá. En ocasiones esa persona llega en la infancia, en otras llega en la adolescencia o adultez. Pero no importa cuándo llegue, lo más importante es ser nosotros mismos en el pasado, en el presente y en el futuro. Daniel fue mi persona desde el mismo instante en que nos conocimos. Énfasis en el fue... Me refiero al pasado. Entonces, ¿POR QUÉ COSA EN LA TIERRA DANIEL ESTÁ EN MI TIENDA DE VESTIDOS DE NOVIA?
Leer másMiro a mi alrededor, admirando como siempre la alucinante decoración de la Cafetería. Flo’s Coffe es una cafetería bastante colorida, con una rebosante temática de los 90’s que te hace desear venir a solamente tomar unas maravillosas fotografías.
Pero en mi opinión, y por maravillosas que sean las fotografías tomadas acá por los clientes, lo mejor de aquí es la comida.
Hablo de que comenzar el día aquí es simplemente lo mejor. Donas, waffles, milkshakes, café (lo que sea que desees, aquí lo consigues) y la mejor atención.
—Debido a la ubicación a gran altura de a ciudad de Caracas, Distrito Capital de Venezuela, el clima es tropical de altitud, lo que nos asegura temperaturas suaves y estables en todas las estaciones del año. Posee dos estaciones claramente diferenciadas en tenor de las precipitaciones. Lo que nos deja con un clima suave y templado, una temperatura promedio, de 21.1°C.—la voz de la reportera se pasea en mi mente como una melodía pegajosa.
Secretamente me causa gracia que reproduzcan un programa grabado hace más de cuatro meses.
Mi mirada se posa en los cristales a través de los que se ve claramente la calle. Gotas diminutas hacen su recorrido por el cristal donde está dibujado el logo de la cafetería. El clima en la ciudad es frío por el invierno y nunca está de más espantar un poco el sueño con el café de Zoé.
Eso y que la tengo verdaderamente fácil por las mañanas; mi tienda está justo al frente de Flo’s Coffe, lo que se traduce en una Dina con algunos kilitos de más y los mejores desayunos.
No siempre fue tan fácil. La verdad es que hace tres años estaba tan hundida que lo que vivo hoy me parece un sueño perfecto; sin importar qué tan imperfecta sea la realidad.
Pues, lo cierto es que mi pronóstico era bastante malo.
Sonrío abiertamente, pensando en que llegué hasta aquí, a pesar de lo mucho que costó. Fue un largo camino repleto de baches y trampas.
Gracias a Dios que lo logré, la gloria y honra sean para él.
Mis ojos vuelven a mi café y le doy un sorbo.
Anoto algunas citas que fueron postergadas en mi agenda y agrego citas que me pidieron ayer algunas novias.
Veo una sombra por el rabillo del ojo derecho y me giro, encontrándome con una espalda ancha y brazos fuertes que hacen a mi mente danzar recuerdos que he tratado de hundir en lo profundo de mi mente ocupada.
Suspiro, sintiendo que la vida es muy irónica.
Lo más cruel que puede suceder es que tengas un constante recuerdo de lo que duele tanto. Un recuerdo vivo y que encima te haga feliz, te llene.
Doy un sorbo más a mi café, intentando tragarme el sabor a tristeza.
En algunas ocasiones la vida parece injusta; pero estoy convencida de que es obra nuestra tanto problema y bache… ¿Sucedería lo mismo, acaso, si yo obedeciera a Dios desde el inicio?
—Volviendo a tierra, soñadora. — ríe con ternura Zoé. Sus ojos verdes brillan con curiosidad. Inclina la cabeza como interrogándome y sus rizos se mueven como si tuvieran vida.
Ni loca le cuento a la intrépida de Zoé…
Suelto un bufido y dejo el dinero sobre el mostrador, lejos de sus curiosas manos.
—Delicioso café, Zo. Nos vemos más tarde, feliz día. — digo apresuradamente mientras salgo del café.
Pongo el envase vacío en un contenedor de basura y cruzo la calle, directo a mi Tienda.
El día se me pasa volando entre organizar citas de la semana que inicia, estar al día con el pago de mis proveedores, así como hacer el pedido de materia prima. No es fácil, pero tampoco es imposible.
La verdad es que el éxito no es sólo un golpe de suerte. Es trabajo diario, es trabajar horas extra aun cuando eres el propietario de la empresa. El éxito es la práctica intencional de la disciplina. Es despertar todos los días antes que la ciudad, es ser buen empresario a pesar del público que quiere todo menos apreciar tu trabajo.
Entre las tareas pendientes y organizar la tela que planeo usar próximamente en la trastienda, llega el atardecer.
Y no es hasta que estoy por cerrar mi tienda que sucede.
Todo parecía ir bien; telas importadas, diseños por doquier, mi propio local y muchas ganas de continuar produciendo.
Soy la mejor diseñadora de vestidos de novia en Venezuela… Okay, al menos de la Capital… He alcanzado tanto y aprendido en el proceso; pero absolutamente nada de lo que he vivido en los últimos años me preparó para verlo llegar a Hidalgo’s Dream.
Su rostro, con esa expresión tan varonil, parece no estar entendiendo lo que escucha. Sus ojos castaños amenazantes parecen estar escondiendo una tormenta como nunca.
Mis manos comienzan a temblar y el sudor frío las convierte en un par de torpes manos húmedas.
Justo frente a mi, dentro de mi tienda está mi ex (aún más guapo de lo que fue antes). El antiguo amor de mi vida y la perfección masculina personificada.
Daniel Carnelutti.
—¿DINA?— pregunta sin podérselo creer.
Al menos no soy la única impactada aquí.
Es un golpe fuerte, verlo después de tanto tiempo.
Sus rasgos han cambiado… se ve maduro, todo un hombre. Ha de tener 26 años, si no me equivoco.
No es como si no vieras su fotografía todas las mañanas de tu vida. Y las tardes y los fines de semana, los días feriados…
Daniel me mira como si acabara de chuparse un limón.
—Dani…— susurro, una sonrisa comienza a nacer en la comisura de mis labios.
…¿Será posible que…?
—¡Ay, pero qué lindo lugar, Amor! ¿Aquí quieres encargar tu traje?—escucho decir a una mujer detrás de Daniel.
No te pases… ¡¿Se va a casar?!
Daniel continúa guardando silencio, su mirada no abandona mi rostro, y yo suspiro, temiéndome lo peor.
—¡Bienvenidos a Hidalgo's Dream! ¿Cómo puedo ayudarles?— pregunto suavemente. Intenté que mi voz sonara animada, pero creo que salió del asco mi saludo.
La morena que supongo es la novia de Daniel me sonríe, ajena a toda la tensión que danza en el ambiente. No pasan desapercibidas sus manos, mientras una está dentro de la chaqueta de Daniel, justo sobre su pectoral; la otra está tomándole la mano.
Daniel parece haber sido convertido en una gárgola, no se mueve ni habla, parece que está sufriendo una apoplejía allí de pie.
La morena entra nuevamente en mi campo de visión y yo trago grueso, observando el entusiasmo que parece destilar por los poros.
—¡Hola, Dina!, la verdad es que te sigo en I*******m desde hace tiempo…tus diseños son espectaculares y muero porque hagas mi vestido de novia. Daniel y yo estamos tan enamorados… sentimos que no hay tiempo qué perder...— parlotea, soltando una carcajada que es todo menos divertida.
Soy una persona madura, no debo tratar mal a ningún cliente porque soy profesional y tengo una carrera brillante...
—Entiendo totalmente. — susurro fingiendo una sonrisa, los ojos de Daniel me miran con tristeza por unos segundos, pero rápidamente oculta sus sentimientos. Doy un par de palmadas en el aire.—Pues, ¡Qué comience la fiesta, no hay tiempo qué perder!— gruño, aparentando alegría.
DINASonrío ante mi plato de almuerzo, pensando en lo hambrienta que estaba antes de que nos trajeran la comida.Jonás desdobla su servilleta con una elegancia que me hace sentir muy ignorante.Me aclaro la garganta, dejando de lado mis pensamientos estúpidos.—Entonces, cuéntame ¿Cuál es la razón por la que te encuentras aquí? —le pregunto con curiosidad a Jonás.Él me da una mirada graciosa al tiempo que comienza a enrollar su carbonara con el tenedor.—Es una historia bastante larga que contar… Pero lo único que te puedo decir es que llega un momento en el que te das cuenta de que alejarte no es la mejor opción; porque si al principio lo hacías para que una persona estuviera feliz, pero resulta que los dos son desdichados con esa decisión, entonces simplemente no sirvió de nada alejarse. —explica y se mete el tenedor a la boca.—Entiendo, ¿pero por qué tuviste que alejarte en primer lugar?—pregunto y tomo un bocado de mi propio plato.Por un momento olvido lo gigantesco que es Joná
—Doctor Robles… —digo rápidamente, sin creerme mi suerte de que en tantas ciudades del mundo, vine a encontrarme en Nueva York al que fue mi psicólogo en mi país.—¿Cómo estás, Dina? —me saluda cortésmente y lo veo darle una mirada rápida y nerviosa a la entrada de la tienda de vestidos de novia.—¿Trabajas aquí?—pregunta de pronto.Woah, ¿Qué le pasa?—No pienso mentirle, doctor… La verdad que sí trabajo aquí y me parece muy extraño que justamente me lo encuentre acá.—bromeo. —Jamás he sido una mujer muy creída de sí misma, pero estoy comenzando a pensar que usted estaba siguiéndome desde mi nación hasta acá. —le digo en forma de broma y él se ríe a carcajadas.—Si hay algo en lo que no te equivocas es que viene desde Venezuela hasta acá en busca de alguien. —responde con un brillo esperanzado en los ojos. —Pero lamentablemente no esperaba encontrarte aquí… Así que no vine por ti. —dice con sinceridad y yo río.—Lo sé, doctor. Jamás lo creería de verdad. Estaba solo bromeando. —le di
—¡¿Hermanito?! —repite Derek indignado. Las aletas de su nariz se expanden y se encogen, demostrando que esto parece todo menos algo gracioso para él.—¡Te podemos explicar todo lo que pasó!—comienza a decir Julie levantando las manos en señal de stop.Derex suelta una carcajada sarcástica.—¿Podrías comenzar explicándome POR QUÉ DEMONIOS EL AUTO EXPLOTÓ NADA MÁS LLEGÓ A LA CASA? —pregunta enfatizando cada palabra.—¡No te imaginas lo que nos pasó, Derek! —digo, intentando ayudar a Julie y no dejarla sola con la responsabilidad.Derek posa su mirada llena de ira sobre mí y me arrepiento totalmente de haber abierto la boca.Julie se aclara la garganta.—Todo fue idea mía, Derek. No mires así a Luke, que él no tiene la culpa de nada. —le dice acercándose a su hermano y pasando su mano por el brazo de él, tranquilizándolo con su toque.—Estaba aterrado de que algo te sucediera. —le responde Derek. Sabes que me preocupo, Alhelí y tú son mi responsabilidad y jamás voy a querer que les pase
Me alegré tanto cuando el auto encendió que estaba hasta cantando contento y Julie se reía divertida de mi entusiasmo. Ahora, unos minutos más tarde, parece ser que mi alegría se ha ido al garete. —¡No puede ser en serio!—exclama Julie cuando llegamos a lo que parece ser una tranca en plena autopista. Los autos en lugar de ir y venir, huyendo de la tormenta, están totalmente estancados y haciendo un gran bullicio con las cornetas. —No se ve qué es lo que está interrumpiendo el paso…—susurro, moviéndome en distintos ángulos para obtener un mejor vistazo de los autos que están más lejos. Julie suelta una sarta de groserías y yo la ignoro, bajándome del auto. Camino un par de metros, entre los autos, y me doy cuenta del grandísimo problema que nos aqueja. ¡Es un j0dido árbol lo que nos tiene aquí! Un árbol que se cayó por un rayo. Regreso al auto indignado. — ¿Hay forma de regresar? Sé que suena súper loco, pero me parece la única opción porque se cayó un árbol y no hay forma de
La puerta del baño se abre justo cuando yo vengo entrando de nuevo al pasillo.— ¡Ya intenté con todas las pruebas! —dice Jaspe nada más sale por la puerta.Luce como alguien que se ha quitado un peso de encima.Y eso que aún no sabe el resultado…Pablo luce pálido y viene detrás de ella.—¿Y a ti qué te pasa? —le pregunto divertida ante su expresión.—Creo que ya estoy comenzando a sentir miedo. —susurra con cara de trauma.—Ve el lado positivo, en unos quince minutos te vas a enterar si tú miedo va a ser permanente o totalmente pasajero. —me burlo de él y Pablo me da una mirada de pocos amigos, con los ojos entrecerrados.Vamos a la sala y Jaspe enciende el televisor para ver un programa durante unos minutos.Yo me siento un poco lejos de ellos, para conseguir darles algo de intimidad a pesar de mi presencia.Porque la verdad es que de alguna forma u otra me siento como una intrusa aquí.Entiendo que quieran compartir la noticia conmigo y que les emociona que los acompañe, pero aun
—Es mi hijo también, así que quiero estar cuando tú orines para verificar que si estás embarazada. —responde él rápidamente y yo me desternillo en carcajadas.¡Ya para Pablo, están embarazados!Pobre de él si al final el resultado es negativo.— ¡Dina, haz algo! ¡Saca a Pablo de aquí! —me grita Jaspe y yo le muestro las manos en señal de rendición.—Ni creas que voy a meterme para quedar en medio de sus peleas maritales, estás loca. —le digo y veo como Pablo me da un pulgar arriba.—Gracias cuñadita linda. —responde alegremente, pero su sonrisa muere en su boca cuando un frasco de champú conecta con la parte trasera de su cabeza.—¡Ouch! —se queja Pablo.—¡Sal del baño! —le ordena Jaspe.—¡No! —grita él decidido a que se acabe su momento de pelea.Me acerco disimuladamente a la puerta, y mientras ellos siguen discutiendo, yo la cierro desde afuera y le activo el seguro.Los golpes en la puerta no se hacen esperar y yo suelto carcajadas.—¡De ahí nadie sale hasta que hayan resuelto sus
Último capítulo