Punto de Vista Maximiliano
—Señor, han confirmado la entrega de la mercancía —Sullivan me miró complacido, ya eran casi las once de la noche y podía dar por terminado el día.
—Perfecto, muchas gracias era un cargamento pequeño pero bastante productivo, vámonos entonces Sullivan, deje encargados a los del turno de la noche de la bodega.
—Ya está todo listo Maximiliano ¿pasa algo? Lo noto un poco distraído
Sullivan se quedó mirándome, él me conocía a la perfección, y sí, pasaban muchas cosas, últimamente ser un mafioso no era algo que me gustaba, el trabajo no era complaciente, traficar mercancía, y exponer hombres a que se enfrentaran en contra de la policía y enemigos todavía más despiadados que yo, se estaba convirtiendo en una tortura ¿Era tiempo de dejar esta vida y dedicarme a la familia? ¡No lo sabía! Suspiré, me arreglé los pliegues de la chaqueta y le esbocé a Sullivan una sonrisa con la comisura de mis labios.
—No pasa nada en absoluto Sullivan, arreglo unos asuntos y en cin