Tan pronto como ven a doña Valquíria subir al taxi y partir, Victor permanece al lado de Marina. Luego vuelve la mirada hacia ella; sus ojos brillan con una mezcla de orgullo y admiración.
— Felicitaciones, linda — dice él, con un tono sincero y cálido. — Estoy muy orgulloso de ti.
Marina, aún emocionada por todo lo que había ocurrido, siente que sus mejillas se sonrojan al escuchar sus palabras.
— Gracias, Víctor — responde con una sonrisa tímida. — Eso significa mucho, viniendo de ti.
Él se acerca un poco más, colocando suavemente las manos sobre sus hombros.
— No lo digo como novio, sino como alguien que sabe cuánto trabajaste por esto. Estuviste increíble allí dentro, Marina. Mostraste fuerza, inteligencia y corazón.
Ella baja la mirada por un momento, conmovida por sus palabras, pero enseguida lo mira de nuevo y sonríe.
— Y tú también mereces felicitaciones, Victor. Lograste mantener la patente con la empresa, incluso bajo toda esa presión. Fue un resultado increíble para ambos —