— ¿Qué está pasando aquí? — La voz firme de Daniela corta el aire, haciendo que Sávio suelte de inmediato el brazo de Marina. Ella sigue visiblemente alterada por su actitud.
— Doña Daniela, ¿sabía usted que Marina va a viajar sola con su jefe a otro estado? — pregunta Sávio, con la mirada cargada de reproche dirigida a Marina.
Daniela frunce el ceño, sorprendida. Hasta ese momento, no sabía nada del viaje.
— No, mamá, no sabe por qué fue una decisión de última hora y aún no tuve tiempo de contárselo — explica Marina, decepcionada con la forma en que Sávio está manejando la situación.
— ¿Qué está diciendo, Mari? — pregunta Daniela, ahora mirando directamente a su hija, esperando una explicación.
— Vine a hablar contigo y con papá más temprano, pero parece que Sávio no sabe respetar el espacio de los demás — responde, con la indignación evidente en su voz. — ¿Podemos hablar adentro, mamá? — sugiere, ignorando a Sávio.
— Está bien — acepta Daniela con tono tranquilo, entendiendo que su