La revelación toma a Víctor por sorpresa, dejándolo congelado un momento mientras asimila la información. Escucha con atención mientras el detective continúa.
— Tomé fotos de todo, señor, y ya las envié junto con otras pruebas a su correo —informa Fausto, con un tono profesional y meticuloso.
— Gracias por la información, Fausto. Quiero que averigües quién es ese hombre y cuál es su relación con Andressa. No escatimes esfuerzos —ordena, frío y autoritario, pero dejando entrever una mezcla de ansiedad.
— Sí, señor. Me encargaré de eso —responde el detective, listo para cumplir la tarea.
Tras cortar la llamada, Víctor suelta un suspiro profundo y desvía la mirada. Marina sigue sentada a su lado, observándolo en silencio. Su expresión muestra a la vez curiosidad y preocupación, y sus ojos se clavan en los de él como intentando descifrar lo ocurrido en esa misteriosa llamada.
— ¿Pasa algo? —pregunta ella, con voz suave, pero llena de aprensión.
Él sonríe, no con una sonrisa forzada ni sup