Aún sin entender la situación, Marina permanece en shock, incapaz de reaccionar. Su padre, al percibir su vacilación, decide tomar la iniciativa de la conversación.
— Mari, ya hablé con Víctor y le di mis recomendaciones. Espero que ustedes dos las respeten — afirma José, con un tono firme pero ponderado.
— ¿Recomendaciones? — pregunta, confundida, lanzándole una mirada a Víctor, que solo la observa con una sonrisa discreta.
— Sí, pero voy a dejar que conversen a solas. Después discutiremos esto con calma — concluye José, haciendo una leve señal a su esposa para que salgan de la sala.
Daniela, con una expresión de clara desaprobación, duda por un momento. Sin embargo, respeta la decisión de su marido y se retira, dejando a Marina y Víctor solos. Apenas los padres salen, Marina se acerca a Víctor con el rostro aún marcado por la incredulidad. Sentándose a su lado, le lanza una mirada directa.
— ¿Qué significa todo esto? — susurra, temerosa de que sus padres escuchen.
Víctor se inclina