En ese instante, entró otra mujer al baño. Sophie la soltó al instante y cambió su tono por uno afable.
—¿Estás bien, Ava? —preguntó con voz cantarina—. Pareces pálida. ¿Quieres salir a tomar aire fresco?
—No…
La mujer nueva miró la escena con sospecha.
—¿Todo bien por aquí?
—Sí —respondió Ava rápidamente, tragándose las lágrimas—. Solo... hablaba con una amiga.
"Una amiga." Las palabras le supieron amargas.
No eran amigas. Sophie era una amenaza, y ella estaba atrapada en un juego peligroso, sin poder escapar.
Mientras intentaba deshacer el nudo en su garganta, sintió cómo la desesperación le oprimía el pecho. ¿En qué momento su vida se convirtió en esto?
La desconocida desapareció y Sophie se inclinó hacia ella.
—Recuerda tu lugar… zorra —soltó con frialdad—. Ni una palabra a Ethan o ya verás.
Se marchó, dejando una estela de perfume.
Ava se miró en el espejo. Los ojos brillaban con lágrimas contenidas. ¿En qué lío se había metido?
Pensó en el bebé, en las cuentas saldadas, en l