Capítulo 61 Día de pesca.
El sábado llegó y con él muchas emociones, paz, tranquilidad, angustia y dolor a unos y para otros la oportunidad de conquistar el amor.
Leonardo llegó muy temprano esa mañana a recoger a Karen y a Ricardo y se sentó muy cómodo en sala a esperarlos.
— ¿Está segura de que esto está bien? — preguntó Ricardo, algo confundido con la que la salida.
Karen tuvo que convencerlo esa mañana muy temprano, sin embargo, para él su hija debía estar casada con el hijo de Manuel y siente que eso es como una infidelidad.
— ¡Claro que sí!, papá. Vamos a descansar un poco y tú podrás relajarte pescando, además necesitamos hacer amigos— suspiró melancólica — «yo por lo menos necesito un amigo para descargar mis preocupaciones en sus hombros» — pensó la joven atribulada. Aunque en su rostro había una sonrisa, su mente era un revoltijo de ideas y mucha preocupación.
Aquellas palabras preocuparon al viejo y resignado aceptó aquella salida.
—Entonces vamos a divertirnos un rato— dijo resignado el hombre.
Ah