Karen miró a su padre después de decir aquellas palabras. Cuando Gabriel le propuso tener un hijo, esa propuesta le pareció sórdida y hasta indecente, pero ahora su pensamiento está cambiando y sobre todo la necesidad la está llevando a mira la propuesta de su jefe inmediato.
—Yo sé que es algo muy difícil, pero si te casas con Ga...
—No sigas, papá— lo interrumpió la joven—. Ahora solo vamos a cenar y luego a planear lo que vamos a hacer mañana.
El hombre apretó los labios. Sabe, mejor que nadie, que su hija no se deja manipular y si hay que tomar alguna decisión, ella lo medita. El viejo solo sonrió y la siguió a la cocina con un corazón lleno de carga y aflicción.
—Vamos a comer – dijo la joven y comenzó a preparar la comida, pero notaba el semblante de su padre muy decaído y le preocupa porque puede recaer. En la situación que tiene no es conveniente que su padre sufra algún disgusto o preocupación. Ella la está acorralando para tomar la decisión que no desea. No solo va a perder