Karen está realmente furiosa por el trato que le está dando Gabriel, él no tiene el derecho a cerrarle las puertas para que ella salga adelante en su nuevo empleo. Él mismo le dijo que renunciara porque ella no pudo hacer el trabajo que este le exigía. Por eso piensa que es inmerecido que él le ponga tropiezos en el camino para volver a tener su empleo digno. Exasperada, llega hasta la puerta para esperarlo porque sabe que no la van a dejar entrar para verlo. Está entre unos arbustos cuando lo ve acercarse a la enorme puerta. Ella da un paso, pero en ese momento se acerca a él aquella mujer hermosa, rubia.
—Ahí está su esposa— dice de mala gana—. Me imagino que estarán buscando otro vientre para alquilar – murmuró enfadada y venenosa. Siente que dentro de ella se mueven unas extrañas emociones. Los celos se despiertan cuando ve que él abre sus brazos y la abraza y la besa.
Cuando Karen nota que la mujer entra al edificio, sale rápido de su escondite y lo enfrenta furiosa. Lo hace sin