Gabriel, después de hablar con Kathy miró a Karen que está enmudecida por lo que está pasando entre ellos.
—Vamos, necesito hablar contigo— le dijo y caminó dos pasos y al ver que esta no le sigue, se regresa y la toma suavemente del brazo y se la llevó consigo a una cafetería.
Él, muy amable, llamó al mesero y le pidió un café y un panecillo que ella no quería.
— ¡Come! Parece que te fueras a desmayar —dijo él de manera cortante.
Los ojos de la joven están llenos de horror al notar lo imprudente y cruel que ha sido con aquel hombre. Cada una de sus palabras eran como puñales a un corazón herido y él nunca le recriminó nada y esto le dolía aún más, porque la utilizó para causarse daño. Nerviosa, mojó sus labios con la punta de la lengua, los tenía resecos y tragó aquella bola inexistente que tenía en su garganta y la estaba ahogando.
En silencio, ella lo vio tomar el pedido y luego sentarse frente a ella.
—Lamento mucho lo que sucedió — dijo ella hablando rápido antes de que él empe